¡Nuevas Aperturas de CERO MARKET!

Volver a “cero”: a cero envases, a cero residuos, a cero desperdicios de comida. Pero también volver a viejas formas de consumo, aunque retomadas en los últimos años, esas en las que casi todo se vendía por peso y a granel. Con esos objetivos nació la cadena de franquicias Cero Market, que esta semana llegó a Neuquén.

El negocio nació hace menos de un año en plena pandemia de coronavirus en Buenos Aires y rápidamente consiguió expandirse con más de diez franquicias en el país. “No es una dietética”, se encargan de aclarar permanentemente sus fundadores y socios, Ana Pierre y Juan José Bartolomé Saavedra. En Neuquén, Agustín Cianfagna es quien está a cargo de la franquicia, ubicada en Roca 137.

Con el objetivo de reducir los residuos, el desperdicio de comida y hasta de dinero, el local ofrece todo tipo de alimentos, productos de limpieza y hasta comida para mascotas al peso y sin necesidad de llevar una cantidad mínima. Se puede encontrar legumbres de las más variadas, granos, semillas, frutos secos, pastas, sal, harinas, arroz, premezclas, condimentos, aceites, galletitas dulces, golosinas, azúcar, café, infusiones, dulce de leche. En el rubro de la limpieza y la higiene, hay limpiador para pisos, jabón para la ropa, suavizante, shampoo, acondicionador, cremas corporales. A corto plazo el objetivo es incorporar productos congelados, bolsones de verdura y hasta huevos de “gallinas felices”. También se vende kéfir, la popular bebida y alimento probiótico, que se ofrece a través de un dispenser.

La limpieza, el orden y el ambiente libre de cualquier aroma caracteriza al local. Los productos se ofrecen en recipientes herméticamente cerrados y que sólo se abren cuando la clientela los elige. El mecanismo de compra es sencillo y, aunque requiere un cambio de mentalidad en los modos de consumo, Agustín confía en que de a poco se impondrá.

Quien ingresa con su propio envase debe pesarlo para que, al ser rellenado, el peso del recipiente no esté incluido en el monto final a pagar. El objetivo es que cada cual lleve sus propias botellas, tuppers y bolsas para rellenar. Sin embargo en el local ofrecen frascos y bolsas de papel para aquella persona que “justo pasó por la vereda” o que llevó sus envases pero en el camino se tentó con algo más.

El cambio de mentalidad no sólo se da por la forma de comprar sino también por promover el desapego de las marcas y con afianzar la confianza en la calidad de los productos. En el local, la marca del producto es secundaria y sólo está exhibida en pocos productos (como alimento para mascotas o barras de chocolate de taza).

“Entendemos que para el cliente muchas veces es importante el tema de la marca, pero acá son todas de primera calidad. No hacemos tanto foco en la marca en sí, sino en el producto y en la experiencia que pueda generar ese producto, que puedan probarlo y, si les gustó -que estoy seguro que va a ser así-, compren más”, señaló el dueño de la franquicia neuquina.

Esa es otra de las ventajas de poder consumir sin cantidades mínimas, sumado a la disminución de los desperdicios en el hogar. En familias numerosas y con posibilidad de hacerlo, es común que muchos paquetes -abiertos o cerrados- permanezcan guardados en las alacenas y deban tirarse al llegar su fecha de vencimiento. También es usual comprar un producto nuevo para probarlo pero que a nadie de la familia le guste y casi la totalidad termine en el tacho de basura. “Acá, al no haber cantidades mínimas, uno se lleva lo que va a usar o lo que quiere”, destaca Agustín.

La marca además da la posibilidad de desarrollo de las franquicias con la incorporación de productos locales y en Neuquén en poco tiempo se podrán encontrar algunos productos frescos de la zona porque “la idea es promover un comercio justo y libre de intermediarios”.

A nivel global, aunque ofrecen algunas marcas que pueden encontrarse en los supermercados tradicionales, buscan que la mayoría de sus proveedores sean emprendedores y no grandes empresas.

¿Por qué tanto éxito en plena pandemia?

En Buenos Aires, Ana Pierre y Juan José Bartolomé Saavedra son los fundadores de Cero Market. Decidieron apostar a este negocio en plena pandemia de coronavirus y el éxito los sobrepasó tanto que, sin buscarlo, ya llegaron a tener 13 franquicias -algunos locales en construcción- en menos de un año. En mayo de este año, la Legislatura porteña los premió con el diploma de Emprendedor Ambiental.

Por el tipo de productos que ofrece, el local suele atraer mucha clientela vegetariana o vegana. Sin embargo, el objetivo es llegar a más personas: aquellas que quizás (aunque nunca es tarde) a esta altura de sus vidas no cambiarán sus modos de alimentación pero sí están dispuestas a colaborar con la reducción de residuos.

“No somos excluyentes y no somos fundamentalistas de una bandera que no queremos apropiarnos. Nuestra bandera es el no uso de plásticos. No queremos dejar afuera al que es un consumidor preocupado por el medio ambiente, pero no con el veganismo, lo orgánico o su cuerpo. Nuestra idea es incorporar gente a este concepto. Queremos atraer a gente que habitualmente no tiene esta conciencia. El vegano ya está convencido, nosotros queremos convencer al no convencido”, explicó Juan José en diálogo con LM Neuquén.

Según su sondeo, la franja generacional más difícil de convencer es la que va de los 40 a los 60 años. Es que los mayores de 60 recuerdan sus épocas de niñez, ya conocen la propuesta y les atrae, mientras que las personas más jóvenes tienen un compromiso y una conciencia ambiental cada vez más agudizada. “A algunos les parece hasta lúdico consumir así y a otros les da una nostalgia”, cuenta el dueño de la marca.

El emprendedor subraya que la puesta en marcha del negocio fue “mucho mejor que cualquier diagnóstico” y destaca que “hay un fanatismo de la gente que sorprende”.

El contexto de apertura del primer local no es menor: 27 de julio de 2020, plena pandemia de coronavirus luego de varios meses de cuarentena estricta, con miles de personas desempleadas y una situación económica muy desfavorable. Para Juan José, parte del gran éxito de Cero Market tuvo relación con eso y con la posibilidad de comprar “en el día a día”, sobre todo jóvenes o personas jubiladas que viven solas. Pero también reconoce, al igual que muchos interesados en la temática, que en el contexto pandémico “creció mucho el interés de la gente por el cuidado del medio ambiente” y que “hay un avance importante en la gente sobre el cuidado, en comer mejor, cocinarse, y eso ayudó”.

En la previa a la inauguración del primer local, su socia Ana hizo un “sondeo de mercado” en algunos países de Europa donde este tipo de negocios ya está implementado y avanzado. Así, aún con las diferencias culturales, la idea se adaptó perfectamente a Argentina.

“Si bien tiene similitudes también tiene grandes diferencias. Allá, casi todos los locales están en zonas mas residenciales y alejadas de las grandes ciudades. Hay muchas más tienditas y no cadenas, pero acá creemos que el impacto de la cadena es mayor”, contó Juan José.

FUENTE :https://www.america-retail.com

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